Algún tipo de cabrón de vaya usted a saber donde…sin duda alguna su nombre debia ser “Chowy“, o al menos así respondía ante la manada de buitres que merodeaban a su alrededor constantemente, induciendole a vicios y malas actitudes ante la vida que no desembocarían en ninguna parte. Él era un tipo robusto, a todas luces bastante cuerdo, de piel morena y mirada penetrante que se resguardaba bajo su hírsuto pelo rizado similar a la melena del león de Judah. Tenía una frente prominente, y unas manos gruesas, llenas de surcos sobre la piel, que parecieran delimitar las fronteras de algún antiguo continente perdido. Eran esas mismas manos las que habían labrado con maña y precision, los cientos de mochos que chowy consumia constantemente, practicamente a todas horas, sin importarle lugar ni momento. Era tambien costumbre del ínclito la ingestión masiva de litros de licor de almendra, o aguardiente, racionando en su guarida las petacas para el frio invierno, siempre paseando por los valles y las costas de su isla con su constante melopea, y fue precisamente por ésta afición por la que le sobrevino el nombre de “CANNECO”, el mismisimo Heraldo del Dios.
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